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31 marzo 2022

playa de Buelna - 1986


 acuarela de una pequeña y recogida playa de Asturias perteneciente al pueblo de Buelna en la zona oriental de esta región, próxima ya a Cantabria. Se trata de una ensenada guarnecida por suaves acantilados y con un islote rocoso característico que es el que aparece en la acuarela. Esta fué realizada desde la misma playa en una deliciosa tarde de verano creo que el año 1986 ó quizá un año antes. La fecha la calculo por la edad estimada de mis tres hijos, según los veo en el cuadro. Falta el más pequeño, David, qué aún no habría nacido. La chica, con chaqueta roja, es Virginia, mi mujer. Posiblemente sería también el mismo día que descubrimos esta playa, una sorpresa inesperada. Era la tónica en los veranos que pasábamos en la villa de Comillas, uno detrás de otro desde que nos casamos y hasta hoy, en que seguimos todos embrujados por la costa norte de España : las excursiones vespertinas en busca de nuevas playas ó de nuevos pueblos y de las que jamás volvíamos decepcionados. Concretamente, ésta nos sedujo nada más verla, y además recuerdo que estaba desierta, !no había nadie!. Después hemos vuelto muchísimas más veces, solos ó acompañados por todo el familión de hermanos y sobrinos, bañándonos la mayoría de las veces con sol ó bajo la lluvia templada estival tan deliciosa en el Cantábrico. Pero aquel primer día no lo olvidaré. Queda además el cuadro.

Este se vendió hace mucho y creo que para en un pueblo asturiano no demasiado lejos de éste lugar. El ferrocarril de vía estrecha, FEVE, pasa muy cerca de aquí, pero ésta playa queda escondida. Por carretera es muy cómodo alcanzarla.

bosque - 1987


 

30 marzo 2022

montaña - 1987



 grandes masas nubosas color ópalo, rotas en jirones, empiezan a envolver lentamente toda una cordillera montañosa. mientras por contraste el cielo en la parte superior se torna prusia oscuro. Un primer plano a tono ayuda a la profundidad de toda la escena.

Si la práctica de la acuarela exige cierta delicadeza con el pincel, a la hora de emprenderla con un cielo nuboso, es del todo necesaria, y en general debe evitarse en lo posible que se nos seque del todo el papel; si una zona se seca es preferible volverla a humedecer enseguida con agua limpia y esperar su punto idóneo para actuar sobre ella sin que se produzcan cortaduras con el resto. Pienso que una vez estudiada la estrategia y, mejor, ligeramente esbozada a lápiz, lo ideal es terminar el cielo lo más rápidamente posible y con pocas pinceladas.


pueblo en China - 1987


 un poblado rural en China mostrando las cubiertas de las viviendas envueltas en el humo de los hogares que me sirvió para llevar a cabo un ensayo de combinación de tonos ocres, claros y oscuros, sin apenas intervención de azules y en el que los blancos, como veis,  juegan un papel esencial.


bandera roja en Oyambre - 1987



 un aspecto de la playa de Oyambre, cercana a Comillas, en una tarde gris e imagino, no está muy frecuentada, que también fría. Algunas figuras tratan de llenar algo la escena pero creo que sobran, aún cuando ayudan a establecer sus dimensiones.

la bandera roja que prohibe los baños remata definitivamente estas suposiciones; no es raro encontrase con ella en ésta playa y más en este rincón, donde las corrientes asociadas al oleaje, hacen la hacen muy peligrosa.

  

 

eucaliptos - 1986



 eucaliptos más bién jóvenes junto al pueblo de Ruiloga, al borde de unos peñascos calizos que delimitan un pequeño prado propiedad de unos amigos cántabros de toda la vida. 

Creo que sí parecen eucaliptos en sus primeras fases de crecimiento cuando todavía conservan el tronco delgado, sin engrosar; en pocos años el volúmen de éste aumenta lo suficiente para su aprovechamiento, con lo cual le convierte, como sabeis, en una especie industrial de la que se benefician los pueblos de la zona. Los ecólogos y entendidos del tema siempre lo han considerado un intruso muy dañino para los suelos en que se asienta, pero como siempre privan más los beneficios económicos más o menos inmediatos que aporta. A pesar de todo hemos de decir que su especial aroma, que esparce sin límites por sus bosques y más allá, es muy agradable y baña toda la región de su olor característico.

Hablando de éste cuadro, debeis perdonarme la poca atención y destreza que demostré a la hora de pintar las rocas del primer plano. No quise quitar protagonismo a los árboles pero tampoco es eso, casi puedo decir que me las quité de encima sin más.

 

Fuerteventura - 1985



 mi mujer,Virginia, con mi tercer hijo, Jaime, que estimo tendría aqui un año escaso, por lo que deduzco que lo pintaría como año y medio después. Una playa idílica y casi solitaria encontrada casualmente en nuestro deambular por esta isla canaria, salvaje y poco frecuenda todavía en esos años. Las barcas son las tradicionales empleadas para la pesca de bajura en la zona.

unifiqué toda la escena con un amarillo tostado muy claro, que como veis, está presente en toda ella y procuré un cielo y en general una iluminación teñida en esa calima dorada muy frecuente en nuestras islas africanas


28 marzo 2022

playa de Comillas - 1984



 otra vez el mismo escenario que del cuadro anterior, ola-1983, aunque más amplio y mas escandaloso. En efecto, he intentado reflejar en lo posible el punto álgido de una pleamar en la playa de Comillas con fuerte marejada si no mar gruesa. El mar vomita su espuma en las rompientes, en la arena y en cada obstáculo que encuentra en una apoteosis final, casi vengativa, mientras el aire se inunda de vapor. 

En este rincón de la derecha se da la circunstancia, principalmente con mar de poniente, de que los trenes de olas que aporta la marejada se entrecruzan con sus rebotes en el acantilado, dando lugar a un espectáculo que, creerme, ensimisma a cualquiera. Bueno, estoy seguro que lo habreis observado en muchas otras playas, pero yo quise insinuarlo al menos en esta escena tan violenta   


ola - 1984



 la ola ha sentido fondo al acercarse a tierra y se encrespa espectacularmente mostrando su telón verde, transparente y vibrante coronado por un tímido encaje incipiente blanquísimo.

Hoy habría llevado ese verde hasta su extremo, pero amigos, en esos años todavía, como veis, era aún muy apocado con el color ó más bién no era capáz de desentrañar, de sonsacar todos los colores que cada objeto nos ofrece mezclados; vemos su suma pero difícilmente su división y el resultado es un color final mas corto y anodino. Empero, el tono general de este mar bravío es aceptable y armónico y creo que capta bién el movimiento de la masa de agua.


reflejo azul - 1983


 contraste entre una zona iluminada en blanco y otra anterior en plena sombra. Para el reflejo apenas tuve en cuenta la adicción del propio tono acuoso con el fín de evitar la percepción de tres bandas: zona clara posterior + zona intermedia oscura + reflejo, en vez de solo dos, las dos primeras, que fué mi intención inicial, pues de ese modo se conseguia un contraste más rotundo.


universidad de Comillas - 1983



 antiguo seminario de la Compañía de Jesús y emblema evidente de la villa de Comillas, alza su imponente mole sobre una elevación que es atalaya admirable de todo el paisaje circundante. Desde hace muchos años sus solemnes y amplias aulas y salones han albergado toda clase de cursillos y manifestaciones culturales. Hoy día es sede de la Fundación Comillas que depende principalmente del Gobierno de Cantabria y desarrolla sus funciones como Centro internacional de Estudios Superiores del español.

Afortunadamente esta Fundación ha acometido con urgencia las obras de restauración, en una primera fase, de su pabellón más valioso, no en vano se trata de un bellísimo edificio del más puro modernismo diseñado por el arquitecto Lluis Doménech i Martorell y comenzado a construir el año 1883.

En la fecha en que yo, a mi vez, comencé a pintar éste rápido y espotáneo apunte, el complejo estaba dedicado en verano a impartir cursos de inglés a alumnos procedentes de toda España. Recuerdo todavía el haber ayudado a subir sus enseres a las habitaciones que ocupaban en los pabellones anexos, en especial a aquellas situadas en los pisos más altos, a los que, por supuesto, no llegaba ningún ascensor. 

Desde la casa que entonces ocupábamos se podía admirar a la caída de la tarde la vista que os presento, bañada por esa luz dorada y salpicada de tenues y largas sombras; en todo lo alto, los tonos rojizos del ladrillo modernista en contraluz, competían con el verde brillante cargado de soles de los prados. 


marejada - 1983



 Espectadores ante el espectáculo imponente de un día de marejada, muy frecuentes incluso en verano en el Cantábrico. La costa acantilada que veis corresponde a la que cierra la playa de Comillas por su derecha y que se extiende hasta el cabo ó punta del Miradorio, y suele ser duramente batida por el mar especialmente los días en que arrecia el viento de poniente.

El cuadro, aún siendo algo insípido de color, refleja bién el tono gris del día y del mar, y la ola rompiendo, blanquísima y arbórea, está en el punto álgido de su explosión. Naturalmente, es la protagonista de la escena.


27 marzo 2022

desde Pejín - 1983



 este es el panorama que veíamos a diario cada verano desde la vivienda en la que nos alojabámos en Comillas. Estaba ubicada en la parte más alta del pueblo, allí donde no llegaban sus rumores y donde se sentía silbar el viento y golpear la lluvia un día sí y otro también. Fueron muchos los estíos que pasamos en ella, suficientes para acumular en su recuerdo las mejores etapas de la niñez y primera adolescencia de nuestros hijos. Cuando pasó a ser Casa Rural y su alquiler se encareció, hubimos de dejarla con gran pena. El Pejín, como habreis supuesto, es el nombre que se le da a este arrabal.

Comillas fué mi primer contacto, artísticamente hablando, con el verde intenso de la España atlántica. El norte de nuestra península, en contraste con el resto de ella, es, sobre todo verde y vegetal, es realmente una extensión de Europa hacia el Sur. Este cuadro fué de mis primeros "verdes" y, a partir de él, se desarrolará una lucha constante para estudiar, interpretar y tratar de conseguir dominar el dichoso color con todas sus gamas y variaciones, lucha que aún no ha acabado ni creo que acabe jamás. Volveremos hablar del tema.  

pitón Carré - 1982




 pitón Carré, el nombre que recibe esta famosa pared vertical que veis encajonada ente dos grandes formaciones rocosas del macizo de Vignemale, en el corazón del Pirineo francés. Su escalada puede llegar a ser extremadamente difícil, máxime con condiciones invernales, cuando el hielo cubre las más mínimas oquedades y fisuras. Previamente a su ataque es necesario remontar el couloir de Gaube, estrecho y siniestro pasillo vertical colmado de nieve que constituye la parte superior del glaciar, Adjunto una fotografía del conjunto https://live.staticflickr.com/65535/51967706433_aa695f611e_z.jpg

Mi hermano Enrique y yo visitamos estos lugares tan majestuosos a lo largo de varias jornadas durante las vacaciones de algún verano de los 80, y llevamos a cabo algunas ascensiones que me impresionaron vivamente. La silueta de éste pico en la semipenumbra del anochecer es una visión ciertamente fantasmagórica y de una gran severidad y llevé a cabo éste apunte mucho después valiéndome de fotos, pero, como veis, preferí, no se porqué, bañarle con el sol de la mañana, quizá para poner en evidencia sus caóticas escabrosidades.

Para mi gusto actual, le falta cierta variedad de tonos que habrían dado más riqueza de colorido a la roca.  

 

25 marzo 2022

codornices-2 - 1982

 


 

 

 tierra de cereales en la provincia de Palencia. Un trigal ya segado pero conservando las pajas altas, donde las codornices disponen todavía de grano en abundancia además de magnífico resguardo y protección contra el sol implacable del estío castellano.

Lástima no haber estado muy diestro a la hora de ejecutar éste bonito paisaje, en especial con los trigos, un tanto relamidos, faltos de fuerza y riqueza de detalles y apenas sin las sombras que por contraste le darían más brillantez; el arbolado creo está bastante mejor, en especial su perspectiva, que mejora la profundidad de campo de la escena. 

23 marzo 2022

Bujaruelo - 1983



 Para los que hayais pasado por este lugar de los Pirineos oscenses viniendo desde el valle de Ordesa ó, en sentido contrario, desde Gavarnie en Francia al otro lado, y si ha sido durante las estaciones más cálidas, posiblemente no sereis capaces de reconocer el lugar que ahora estais viendo. En estos angostos valles pirenaicos el crudo invierno  lo transforma todo y amontona nieve durante días borrando todo rastro de vegetación, pedregales y relieve. Todo queda debajo esperando pacientemente el buen tiempo, el sol y los bañistas: el puente que veis sirve para salvar el río Ara, qué, joven aún en este punto de su curso, ofrece aquí en la temporada estival un lugar ideal para disfrutar de un buen chapuzón. 

Imaginar conmigo como sería este recóndito paraje hace ocho siglos cuando lo que veis era un hospital y albergue para peregrinos que cruzaban las montañas a través de este paso en ambos sentidos; imaginarlo también en los años en que nuestro hemisferio se vió sometido a lo que se llamó la pequeña Edad  de hielo a finales del medievo y comprendereis que incluso me puedo haber quedado corto vertiendo nieve en el papel.

Hoy día es un encantador refugio, confortable y con muy buena cocina- restaurante y adyacente a él se encuentran las ruinas, solo queda el tambor del ábside, de la pequeña ermita de San Nicolás de Bari del siglo XIII.  



refugio de Requin - 1983



 el refugio que veis es un punto a más de 2500 metros de altura ideal para contemplar juntos los más hermosos y legendarios protagonistas del macizo del Mont Blanc ó, como he leído en algún sitio, repasar media historia del alpinismo: la Aiguille Verte, los Drus, los Grandes Jorases.....Cierta experiencia en alta montaña, unos buenos camprones y desde la estación de Montenvers, Mer de Glace arriba y una subidita por roca equipada, via ferrata, y estais en la puerta, aunque si es en verano con buen tiempo puede que tengais que esperar en la cola!....

La obra es ciertamente espectacular, por sus dimensiones y por la cantidad de "alpinismo" que he metido dentro, pero esto de la montaña te embriaga y tratas de no dejarte en el pincel ninguna de las agujas, neveros, gendarmes, contrafuertes ó simples rocas. Además, como veis, he exagerado a propósito la verticalidad de casi todo, en parte también para destacar la seguridad y horizontalidad del refugio, aunque os parezca una mera excusa. 

El tono es muy uniforme, la tenue neblina que se tamiza con la luz solar pide, creo yo, el suavizar los colores y potencia la profundidad requerida por la grandiosidad del paisaje.

sol de tarde - 1982


 apunte con pasteles de algún acantilado de la costa norte de España. Muy simple y elemental, creo que tiene los elementos justos para concretar lo que iba buscando: la imponente altura de sus paredes y, de ahí su título, el sol de la tarde, siempre algo mas sucio que el matutino que parece sale a recibir el día como recién lavado por la noche. Por ello hice las sombras más amarronadas que azuladas, las simplifiqué cuanto pude y difuminé algo sus bordes y los de todos los trazos,  y puse en el lado derecho un ave volando para reforzar el abismo.  


21 marzo 2022

avila - 1988


 

Avila de mi infancia, con montones de recuerdos, unos vívidos e inmediatos, casi palpables, y otros borrosos, como sacados de un sueño, y a la que abandonamos con nueve años de edad una mañana de otoño para no volver más que de visita. Recuerdo que dejé sin despedirme y de forma precipitada a los amigos con los que jugaba en la plazuela de San Pedro, me subieron al coche de mi tío, pasamos muchos pinos y al final aparecieron, a ambos lados del coche y ante mis atónitos ojos de provinciano, hileras larguísimas y altísimas de edificios repletos de ventanas : Madrid.

Como suele sucederle a cada cual, mis reencuentros con mi ciudad natal son siempre felices y llenos de sensaciones, no en vano Avila es también la ciudad que elegimos mi mujer y yo para contraer nupcias, y, en fín, siempre hemos buscado excusas para volver a pisar sus calles dormidas en el tiempo y sentir ese aire frío y purísimo con que te sorprende en cada esquina.

Este cuadro nació pues de esta nostalgia perenne, más que como homenaje, como necesidad. Y no será el único de este tema que os mostraré a lo largo de éste blog....ahora mismo me volcaría en otro parecido, o muy diferente, pues Avila de los caballeros y de Santa Teresa estará siempre en mi corazón.

la escena, nada original por otro lado, es la que podemos ver desde los Cuatro Postes, esto es. la fachada de poniente de su recinto amurallado y como recalco ha sido llevada al lienzo infinidad de veces, lo cual no fué inconveniente, pues mi intención era mostrar una visión de la ciudad yerta e inmovil, dormida en el pasado, mirándonos colgada en las alturas.

Si llegais a Avila por la carretera "antigua" de Salamanca podeis parar unos minutos al encontraros con este mismo panorama. Casi con seguridad no encontrareis parecido alguno con el cuadro ni aunque se trate de un día oscuro de invierno, pues la ciudad crece por momentos y todo se rellena con los logros del progreso, cosa que está muy bién, por supuesto, pero por ello son tan necesarios los artistas, los escritores y sobre todo los más excelsos, los poetas, para jugar con el tiempo y con el espacio y transmitirlo a nuestros espíritus. 



prados - 1982


 apunte sobre campo de un pequeño prado cerrado por una gran arboleda soleada que constituía el principal problema a resolver. Quiero decir que, al mismo tiempo que deseaba un fuerte contraste de luz entre el pastizal y los árboles del fondo, lo que me obligaba a oscurecerles mediante el verde-azulado oscuro, debía dejar bién claro a la vista que éstos estaban bién iluminados por el sol. Elegí intentarlo aclarando con el pincel, una vez casi seco el color oscuro de fondo, zonas y puntos que pudieran corresponder con salientes del follaje, siempre algo más iluminados que el resto; aproveche la ocasión para, con suavidad y sumo cuidado, azular otras zonas que debían parecer más profundas. Con todo ello, por ende, se conseguía dar más volumen a  esa masa arbórea. Además la ausencia total de sombra arrojada por ésta era un detalle fundamental obligado para éste empeño.  Parece que resultó sin emborronar demasiado.

estación de carga - 1982



 He de confesar que este cuadro, ó mejor dicho, semicuadro, ya que es justamente la mitad  del original, es el resultado final de un ejercicio que hice al estudiar el libro de acuarela del instituto Parramón. Siguiendo sus indicaciones paso a paso quedó de ésta manera y he de reconocer que aprendí algunos trucos y procedimientos que al menos nunca he olvidado aunque no siempre he tenido la habilidad de ejecutarles con la debida destreza.

Como veis, manda la rapidez, economía de pinceladas y el dejar hacer a la humedad del papel.

iglesia en Orós bajo - 1982



 se trata de la iglesia de Santa Eulalia en el pueblecito oscence de Orós bajo cercano a Biescas al anochecer de un día de invierno cerrado en el Pirineo.

Como observareis es una pequeña iglesia románica qué, según he leído después es del S. XI  y tiene junto a ella su propio cementerio ahora bajo un grueso manto de nieve. A pesar de que su torre no se encuentra entre las más airosas y elaboradas de esta zona pirenaica, sí posee un bellísimo ábside románico que la distingue.

La obra que veis es sencilla de ejecución y en ella he exagerado el aspecto amenazador del cielo y puesto de relieve esa zona estratificada de la montaña al objeto de dramatizar la escena.

 


sierra de guadarrama - 1982



 densos mantos de nubes bajas cubren de penumbra la ladera sur de la sierra del Guadarrama, hasta la que se extienden los últimos pastizales y dehesas de nuestra comunidad.

Pequeña acuarela ejecutada con rapidéz y economía de detalles donde las nubes y su sombras son los protagonistas. Un primer plano de zarzas y cinco bandas bién diferenciadas, desde los grandes pastos hasta la gran masa nubosa, medio cuadro, resuelven su estructura.


karakorun - 1982



 Paisaje de la parte norte de Pakistán, en las montañas del Karakorun que, en pleno Himalaya, se extienden también por China y el norte de la India. En éste cuadro se ven grandes paredes que bordean un glaciar y que están rematadas por montañas nevadas, pero por encima de ellas, no caben en la escena, estan los grandes gigantes que coronan ésta altísima cordillera asiática. De siempre ha sido lugar de pastores nómadas que intercambian productos entre los pequeños asentamientos existentes y llevan a cabo largas travesías en busca de pastos. Por otro lado su suelo, lavado por arroyos y torrentes, presenta ricos yacimientos de minerales y, en especial, de oro, lo que da lugar a desplazamientos de río en río y de corriente en corriente en busca de la pepita definitiva.

Cualquiera de estos menesteres puede ser la razón de esta dura travesía en la que se ve inmersa la caravana que veis, y en la que la presencia del yak llevando sobre su lomo a los más débiles, bestia de carga fundamental para la economía local, se erige como el elemento más llamativo de toda la escena.

Acuarela de mucho dibujo, con colores creo que bién entonados en general. En los áridos laderones del glaciar intenté, como veis, resaltar mediante lavados rastrones los surcos y pequeños barrancos debidos a la erosión contínua del agua.  


barcazas en el yangtze - 1982


 también Barcazas en el río Azul. No sé exactamente como se llaman este tipo de embarcaciones ni siquiera si siguen en uso, pero no me digais si no son totalmente diferentes a cualquiera que se pueda ver en otras zonas de este mundo. Me llamó la atención alguna foto que cayó en mis manos donde aparecería, en especial por esos mástiles triangulares que las hace características y, como veis, las hice navegar por uno de los ríos mas útiles y largos de la China continental, presentando un paisaje de márgenes abruptos que podría corresponder a una zona de su curso llamada de las Tres Gargantas, donde atualmente se asienta la gigantesca presa de ese nombre. Por lo que he leído, hoy día son los cruceros de lujo los que podrían aparecer aquí, en lugar de las antiguas barcazas, cruceros que cubren recorridos de más de mil kilómetros y ofrecen todo el bienestar de éste otro mundo rico y próspero que está transformando con rapidez aquella remota Catay.  


20 marzo 2022

invierno - 1982



 para los más allegados no hace falta decir de que pueblo se trata. Es Aldeavieja otra vez, aunque la escena, triste y fría, podría pertenecer a cualquier pueblo castellano cuando, trás una noche metida en nieves, va asomando perezosamente otro lugar blanco, radiante e inmaculado. Todos habréis sentido alguna vez esa sensación al asomaros a la ventana, ya amanecido el día, y ver otro mundo que destila paz y pureza, donde todos y cada uno de los objetos de siempre se encuentran ahora ataviados por la blancura de la nieve, sensación que nos transmite una chispa de ronovación interior y alegría.

En Aldeavieja antes las nevadas eran más frecuentes, al menos eso vienen diciendo los vecinos de más edad y supongo que la aquí representada sería poca cosa para ellos; efectivamente, todos las hemos visto de mayor calibre, pero yo me conformé con una nevada cumplida pués lo que pretendía al pintar esta escena era transmitir la sensación de soledad y quietud de la calle, en éste caso la calle donde vivíamos. La carretilla solitaria  y los pequelos árboles desnudos del fondo contribuyen a ello así como los colores fríos y opacos de las fachadas.

    

17 marzo 2022

arroyo en el bosque - 1981


 de éste cuadro guardo un buén recuerdo, actualmente le he perdido la pista, por ser el primero que me seleccionaron en una de esas exposiciones que con frecuencia se llevan a cabo organizadas por algún tipo de entidad; no obtuvo ninguno de los premios pero, según me contaron, estuvo muy cerca...bueno, eso dijeron. Pero, loas aparte, siempre estos pequeños empujones ratifican en cierto modo que lo que haces puede ser aceptable para otros, o sea, que vas por buén camino, digamos que es como un piropo inesperado. 

una lástima que la fotografía no sea muy buena, así es que debeis imaginarlo algo menos relamido. Lo pinté en un escenario maravilloso cercano a Comillas y a Cabezón de la sal, el bosque de Ucieda, desde siempre un lugar mítico para toda nuestra familia veraniega, y que pasó  ser excursión obligada trás su descubrimiento muy pronto el día que fuímos a probar el famoso cocido montañés en Ucieda de arriba.

Aunque al pedregal del río le falta algo de rugosidad y consistencia, salva la obra la humedad neblinosa de un tono verde amarillento que va envolviendo la vegetación en la distancia, suficiente sin tener que recurrir a tonos azulados, los cuales, en éste caso, creo que alejarían el fondo en demasía.

De los bosques cántabros ya hablaremos en éste blog en más de una ocasión.


benarés - 1981


 un grupo de muchachas indúes se baña en las aguas que pueden ser muy bién las el Ganges a su paso por la ciudad sagrada de Benarés. Las de delante están saliendo y la condición de, como correspone, estar mojadas y sus vestidos empapados y pegados a la piel, fué el principal reto del cuadro. Otros fueron el  color del agua algo turbia y las posturas de al menos las cuatro bañistas del lado derecho de la escena. En especial en la muchacha más sumergida que trata de buscar con su mano izquierda apoyo en el codo de su compañera, busqué que pareciera que no llegaba nunca a tocarla con lo que daría mayor sensación de esfuerzo por su parte. En fín, el juego de los brazos de casi todas juegan un papel esencial en la dinámica del conjunto y en su estructura. Busqué colores para la indumentaria suaves y escasos, solo dos o tres para no distraer la brillantez de la piel.


regreso de caza - 1981

 


 

la vuelta a la aldea al anochecer de dos cazadores tras una jornada de caza en un día frío e invernal.


Aunque creo que este cuadro está hecho mucho antes del año que figura en el título, 1981, sin embargo, la ejecución mejor que discreta de las nubes, me ha llevado a adelantar su fecha a ese año. Sea como fuere, lo cierto es que tardaría mucho tiempo en conseguir un cielo como el que veis y además os puedo decir que disfruté muchísimo llevándolo a cabo. Son de esos días en los qué, quiza por la concentración, ó la buena mano, ó posiblemente solo por la tranquilidad, todo te sale bién a la primera: el color, el punto de humedad justa del papel, el contraste exacto y el respeto de los blancos. Ante ello, toda la parte inferior no deja de ser más que una comparsa que trata de seguir a regañadientes a su compañero superior mucho más aventajado.

   

mis amigos del tibet - 1980



un retrato, una composición ambientada en el Nepal, ó en alguna zona del Himalaya, como excusa para pintar rostros humanos. Un primer plano más elaborado y un segundo como fondo que arropa a los tres primeros formando un grupo homogéneo. Las rocas posteriores creo que se adaptan bién con su colorido a casi todas las vestimentas y hacen destacar, las unas y las otras los intensos todos tostado-rojizos de los personajes. De todos ellos salvaría solo dos, el niño con gorra de la derecha que nos mira algo inquisitivo pero tranquilo,y que con su tez bermeja evoca la pureza de la vida en las montañas y el más pequeño justo en el centro de la segunda fila, por el vano de luz intensa y difusa que lo envuelve y la blancura de sus ropas. 

El resto, salvo algunos detalles algo más acertados, es un poco simple excusa para llenar huecos sin ninguna pretensión ni dedicación. Tuve el atrevimiento de ponerme yo mismo junto a Virginia, mi mujer, en el lado derecho del fondo, asomando nuestras cabezas para salir en la foto, !a imitación de otros grandes pintores!, cosas de la edad.

  

el lord - 1980


 nuestro perro de caza, el Lord, incorporado a la familia desde recién nacido, era uno más entre los cachorros de la última camada de una perra inglesa de Avila cuyo propietario, Rufino, cazador también como los hubiera, era un gran amigo de mi padre. Su estampa era, desde luego, la de todo un lord, por su figura, finura y elegancia de movimientos que adquirían toda su plenitud cuando, gran trabajador, llegaba al cazadero; allí era el rey, la estrella, con sus galopadas concienzudas, sus quiebros rapidísimos y, sobre todo, sus muestras repentinas. El mérito no era de sus amos, creo yo, sino, indefectiblemente, de su sangre, de su raza, ya que estos dones los tuvo, sin ningún tipo de adiestramiento por nuestra parte, desde el primer momento que comenzó a cazar, al igual que sus padres y sus abuelos. Murió el mismo año en que falleció mi padre y lo enterró mi hermano Enrique en la cima de esos cerros altos de Aldeavieja que se ven en el cuadro.


02 marzo 2022

alberto en la fresneda - 1980


 Alberto, mi hijo mayor, desbocado y todavía falto de control, en una de sus primeras carreras por las grandes praderas de la Fresneda, que reverdecían y se engalanaban con multitud de flores cada primavera. Comienzo de una vida nueva y comienzo del buén tiempo en ésta escena con la que traté transmitir la tibieza y serenidad que se siente descansando, ó corriendo, envuelto en el aroma de las plantas y bajo la gasa difusa de las nubes. Aquí estuvimos iendo muchos fines de semana con los niños en las cuatro estaciones de año sin importar el tiempo que hiciera. Para todos nosotros, un paraíso para el recuerdo.

costa de comillas - 1980



 cuando dejamos de veranear en Aldeavieja y trás la muerte de mi joven madre, iniciamos con mi padre una larguísima tradición que se repetiría ya, verano tras verano, hasta hoy mismo, el mes en Comillas,  pequeño pueblo encantador de la costa occidental de Cantabria con sus lluvias, su verdor constante, su carácter norteño y sobre todo, su mar. De la meseta castellana, amarilla y seca, al borde del mar Cantábrico, gris y húmedo. Un cambio radical que desde el principio nos hechizó y que supondría en mi caso el hallazgo de un nuevo filón de bellos motivos para coger pastillas y pinceles e ir a su encuentro.

Este cuadro posiblemente sea uno de los primeros allí ejecutado y, como no podía ser de otra manera, tiene como motivo el mar, solo mar y algunas rocas de la parte inferior de los acantilados. Recuerdo casi exactamente el  lugar desde el que lo pinté en una mañana ventosa de marejada del noroeste.

Un tema como éste, os lo imaginais, solo tiene dos momentos de tranquilidad: al hacer la costa lejana, en éste caso el cabo de Oyambre y al pintar las rocas inmóviles del primer plano. El resto, el oleaje, en contínuo hacerse y deshacerse, se construye diríamos que con la propia imaginación, reteniendo en la mente de forma instantánea una forma, una ola por ejemplo, ejecutando sobre el papel rapidísimamente lo que puedes, esperando otra imagen similar que retienes y acoplas a lo pintado y asi poco a poco hasta llegar a completarla tras unos últimos retoques más tranquilo.

Quiza lo más importante es tener bién definidas las zonas de blancos, espuma. y respetarlas en todo momento; si se pierden por descuido al paso de pinceladas, vale más que comencemos otro cuadro y tiremos éste. Para la espuma de la ola rompiendo bastó con dejar sus blancos y simplemente difuminar con el pincel limpio todo su contorno hacia fuera y mejor con el mar aún ligeramente húmedo.

Afortunadamente el mar de esta escena no tenía demasiados elementos efímeros y no fué mucha la tensión y riesgo. Quedo pasable, un poco monótono el color del agua, y en general todo el cuadro, pero, por otro lado, ésto mismo quizá le aportó parte de la palidez y enturbiamiento de los días borrascosos.

   

la fresneda (aldeavieja) - 1980



 Pensareis que peco de reiterativo con este tema de la ya famosa Fresneda, es verdad, pero quería mostrar este cuadro porque es una versión más real y fidedigna de éste paraje. Para ello, por comparación, incluyo en esta entrada las de las otras dos ya expuestas ;

https://draft.blogger.com/blog/post/edit/7042582374159806099/3925746669416749503 

https://draft.blogger.com/blog/post/edit/7042582374159806099/7583411061631004819

barcazas - 1979



 Una escena de algún gran río de la costa oriental de Africa. Barcazas utilizadas por los pescadores de las aldeas que se miran en sus márgenes. Algunas figuras establecen el tamaño de las embarcaciones que reverberan bajo un sol de castigo. La corriente tranquila y mansa es una lámina plateada y no presenta más que un ligero cabrilleo, aplastada por la atmósfera densa y caliente.

Cuadro de fácil resolución sin ningún problema específico. elegí un tono marron-ocre que creí le iba bién al ambiente y lo utilicé hasta en la ribera arbolada superior, dejando en ésta banda con el pincel agua en goterones para que libremente hiciese su papel.

 


the ring´s sir - 1979



Por estas fechas tuve la ocasión y el acierto de leer ésta trilogía de Tolkien que me subyugó. Habréis adivinado enseguida que esta obra es su consecuencia inmediata y para su planteamiento me basé en una aguja alpina, no recuerdo como se llama, en la qué, en su vértice, las rocas se disponen de forma parecida a la punta de una lanza. Me exigió cierto trabajo el dibujo previo del relieve, y, ya a la acuarela, procuré dotar a la roca de una luz un tanto siniestra y misteriosa; lo mismo procuré con las crestas del fondo y las nubes y dejé una pequeñísima franja de cielo azul para que éstas últimas tomaran volumen.

Imaginar a Frodo y sus sufridos compañeros acercándose en la fase final de su viaje a los siniestros y accidentados accesos de Mordor. 

caballos - 1979



 Este cuadro fué siempre el predilecto de mi hermana María José y desde siempre cuelga en una de las paredes de nuestro salón. Siendo una obra relativamente temprana en mi desarrollo como pintor, debo sin embargo reconocer que fué un pequeño logro en la resolución de algunos problemas que planteaba; el primero era envolver los caballos en el polvo que levantaban; para los del fondo bastaba con un dibujo tenue previo y pasar el pincel con algo de agua, todavía con las partes inferiores algo húmedas, por encima hacia abajo, hacia la zona central más brumosa, acoplando los tonos. Para los cuerpos grandes delanteros, apliqué la misma técnica pero solo una vez estuvo su dibujo bién seco y evitando desdibujar los detalles.

Aún froté con pincel seco los lomos y crines para hacerlos más luminosos  y finalmente fuí oscureciendo partes que lo necesitaban al objeto de obtener el contraste que la fuerte luz requería.

Sí, tenía trabajo de acuarelista pero no estaba carente de trabajo de dibujante y creo que en ambos menesteres cumplí. Lo que mejor quedó a mi parecer fué la sensación de movimiento giratorio, de torbellino confuso y atropellado que pedía ; el sentido contrario del movimiento de los caballos superiores ayudaron a conseguir éste efecto. 




ordesa - 1974



 Poco a poco he ido adquiriendo algo más de destreza a la hora de pintar zonas montañosas con sus paredes llenas de relieves caprichosos y magníficos y en este caso, no siempre ha sido así, puse la máxima atención en tratar de reproducir fielmente con el lápiz fisuras, gendarmes, placas, oquedades, en fín todas esas irregularidades que los agentes atmosféricos les van añadiendo año trás año y siglo trás siglo. Esto es especialmente necesario en planos muy próximos como en el de la pared izquierda del cuadro y lo es  menos ó casi innecesario en las más lejanas, como el gran espolón que llena el resto de la escena, donde bastó con dejar en claro los puntos más brillantes dentro de un tono original para, una vez bién seco el papel, cubrir todo con sombra (azulada + ocre oscuro +complementario),  teniendo siempre presente la disposición de los estratos horizontales que claramente podreis apreciar.

La profundidad del cañón de Ordesa y la altura magnífica de sus paredones, iluminados con generosidad en sus partes más altas, obligaban a oscurecer con azul verdoso el valle inferior que, además, se encuentra densamente poblado por un bosque recondito y conmovedor.  

01 marzo 2022

perdidos - 1973



 tierras de labranza de secano, probablemente cereal, abandonadas tiempo atrás y cubiertas por maleza seca. Pintado una tarde del estío caluroso de Aldeavieja, me sedujo el efecto que producían las sombras paralelas en fuga, muy tenues, recuerdo de los surcos que otrora lo llenaron.

La pintura al aire libre, sobre todo la acuarela, exige sobre todo sencillez y economía de pinceladas, lo cual es producto de una previa concentración y observación atenta del paisaje. En este caso la brillantez de las paja exigía una reserva máxima de los blancos del papel, tanto más cuanto más lejano pintáramos. El color y las formas quedaban para el primer plano. Así lo intenté y creó lo conseguí. Ya solo bastaba rematar en la distancia con el bosquecillo del Robledal y perfilar al fondo la sierra de Aldeavieja.



 suavemente 


oak creek river - 1973



 Sí existe un cañón con ese nombre en el estado de Arizona, Estados Unidos, y a la vista de unas fotografías realmente bellas que cayeron en mi poder, combiné elementos para tratar de reflejar la pureza de una naturaleza salvaje y virgen. Además era una de las primeras veces que intentaba reproducir aguas en movimiento, sin llegar a ser verdaderamente turbulentas; el blanco del papel es un gran aliado del acuarelista y en esté caso lo demostró; unos simples toques oscuros para las rocas del río y algunas pinceladas azul verdoso resolvieron el problema. La corriente del primer plano salió aceptable trabajando oscuro sobre claro con el papel en su fase final de secado. 

La vegetación de las copas de los árboles quedó aceptable mediante manchones verdos-grises de varias intensidades ligeramente difuminados en papel húmedo dispuestos aquí y allá sobre troncos y ramas previamente pintados. El fondo con la pradera amarillenta juega un papel esencial, acompañando con su brillantez a la espuma blanca de los saltos de la corriente y la ausencia de cielo convenía para concentrar al espectador dentro de la hondura del paraje. 

media veda en las laderas - 1972


 mañana de caza de la codorniz en los rastrojos frescos al pié de los laderones de alguna serranía. Media veda veraniega por estar limitada a solo algunas especies ya bién criadas y fuertes a diferencia de las todavía prohibidas que en ésta época se encuentran a mitad de su desarrollo.

estampa del cazador con las piezas cobradas colgandocon el perro parado a su lado. Nada más que una estampa agradable sin pretensiones.

 

tomillares en calicanto(avila) - 1972


 De todos los intentos que hice, trastos al hombro, en éste paraje de Avila, éste es mi preferido por su colorido, espontaneidad y profundidad. Los tonos ferruginosos de la zona derecha se acoplan perfectamente con el resto. Creo que quedó un paisaje rico en detalles y bién entonado. El camino consituye el elemento clave que centra toda la obra y le aporta cierta lejanía y continuidad al desvanecerse sin más en el fondo de la misma.

olmos en la estepa - 1972


 Apunte en tonos ocres-rojizos en busca de la profundidad y serenidad de cualquier estepa. Puede tratarse de Castilla y al mismo tiempo de Rusia, pero los dos árboles, yo digo olmos, impresionan por su soledad. como dos fantasmas que destacan en la bruma de un día gris.

fuerteventura -1971


 El contraste de colores, su variabilidad y riqueza hacen del paisaje canario un paraíso par cualquier entusiasta de la pintura. Estas cualidades todavía se ven incrementadas en las dos islas más oreintales del archipiélago, Lanzarote y Fuerteventura.

De ésta última extraje este paisaje qué, como veis, quedó al final algo frío y desalentador, pero todavía participa de ese contraste del que os hablo. Además se trata de una isla poco poblada, condición que sí refleja la pequeña alquería blanca del centro del cuadro.

pico del moro almanzor (al revés!) - 1971


 Para los que conozcáis el mazizo de Gredos, ésta vista del circo, en cuyo fondo se asienta su encantadora laguna glaciar, os será muy familiar, excepto que notareis algo anómalo  verdad?. Claro, me confundí de sentido, la pendiente debe caer  justamente en el otro sentido y la crestería que conforma los llamados Tres Hermanitos estarían justamente a la izquierda del pico y no a su derecha. En una palabra, está a revés, como así me lo advirtió inmediatamente mi hermano, pero.... ya no hubo remedio.

Aunque demasiado concurrida en el buén tiempo, la marcha es amena y al alcance de cualquiera. montañero ó no; animaros porque merece la pena pasar una noche en tienda ó vivac ó, para los más comodones, en el refugio existente previa reserva.

el cuadro es algo soso de color y medianamente resuelve las fragosidades que definen el complicado relieve rocoso.

 

  


azules y agujas - 1970


como continuación al asunto que inicié en la anterior entrada ("entrada al cañón"), aquí he intentado aplicar alguna de sus reglas para hacerme con estas agujas de montaña qué creo que son de la cordillera alpina.

Así, establezco el contraste cielo, muy azul, es decir, zona oscura y roca+nieve, zona iluminada. Esta última con sus sombras arrojadas, nunca oscuro fuerte, aunque en algún caso así lo percibamos, sino transparentes y bién delimitadas. Aquí son azules , del tono del cielo que se refleja en ellas y por la propia nieve. Sobre la roca son también azules pero toman algo del color rocoso y de su complementario, como es ley habitual.

Tambíen aproveché el ejercicio para ejercitarme en pintar la morfología de la roca, que conviene dibujar lo mejor posible a lapiz antes de acuarelear, cosa que facilita mucho las cosas. Tu propia imaginación puede suplir a la realidad, pero solo si ya has visto mucho de esa realidad y eres capaz de inventarla con buenos resultados. Yo aún no tenía ni mucho menos esa capacidad y me limité a copiar todo el relieve que se produce en las rocas por acción de la lluvia, el hielo, los desprendimientos ctr.

Las variaciones en le color de las rocas, este color nunca es homogéneo, debidas a la diferente composicion química de las sales en ellas disueltas, deben tenerse en cuenta para una mayor riqueza de toda la escena.


entrada al cañon - 1970


 ensayo para el aprendizaje de la ejecución práctica de paredes rocosas y su integración en el paisaje; condición de partida: escena bién soleada. 

Necesariamente debía enfrentar zonas iluminadas con otras de sombra. Las sombras definen la luz, casi siempre. Todos los pintores clásicos hasta la edad moderna han echado mano de las sombras para crear luz, empezando por Caravaggio y pasando por Ribera ó el Greco, éste de forma portentosa, hasta llegar al mismo Dalí, luminoso hasta el extremo a base de pequeñas insinuaciones de luz en los puntos precisos.

Aquí, en ésta de escena de montaña semidesértica, resolví la cuestión definiendo una zona bién sombreada, la inferior y otra, la superior, iluminada, en la cual la franja verde muy clara del arbolado es definitiva al establecerse como una banda de separación entre ambas, amén de que creo le da mucha más viveza al paisaje. La proporción luz/ sombra debe establecerla el artista previamente pués va a marcar el relieve, el contraste y la luminosidad.

Otro punto a tener en cuenta, cosa que he obviado en muchas ocasiones y el resultado ha sido desastroso, es que las zonas sombreadas nunca son totalmente oscuras, siempre dejan entreveer algo de claridad, de color ó de formas, incluyendo en éstas incluso los sombras densas arrojadas que nuestro ojo vé totalmente como el carbón; incluso éstas, a la postre, quedan mejor algo atenuadas.

(naturalmente no rige en ve la pintura moderna no figurativa, que se  ve oprimida por pocas normas y es lo que la convierte en algo excepcional)


ciervas - 1968

pequeño cuadro realizado con lápices acuarelables, de técnica diferente a la acuarela normal, algo más controlable, pero casi carente de una de las mejores cualidades de ésta segunda....!la transmisión de la mezcla de colores para que entre ambos, agua y papel, la  lleven a cabo por su cuenta...y riesgo!.

El resultado, podeis ver, suele ser mas "rayado", se ven más los lapicerazos, las lineas, pero habrá sin duda mucha gente que lo prefiera. Es posible también que yo no haya sabido sacar el verdadero partido a los lápices en cuestión, pero bueno, ahí queda esa estampa con las dos ciervas observándonos muy atentas enmarcadas en ese fondo luminoso.

iglesia de santiago (avila) - 1968


 entre las primeras estribaciones del Sistema Central y el promontorio en el que se asienta la ciudad castellana de Avila se extiende un fértil y extenso valle, el valle Amblés, por el que discurre hacia la ciudad el río Adaja, por aquí aún no muy crecido lo cual no impide que, en contadas ocasiones, inunde medio valle con desbordamientoss súbitos y espectaculares; yo, de niño recuerdo todavía el espectáculo que desde las ventanas de mi casa veíamos de un valle Amblés blanco y brillante, mientras otras veces era blanquísimo, congelado y yerto trás la nevada nocturna. En fín, se vestía según dictaba la estación y las circunstancias metereológicas y era en cierto modo quien acompañaba el calendario anual.

El cuadro así pués tiene dos propósitos: uno mostrar el valle y la altiva sierra de la Paramera como fondo y otro la iglesia en primer plano. Según he leído es de estilo románico aunque se cocluyó ya en pleno siglo XIV y, como podeis ver, destaca por su bellísima torre octogonal con ventanas en sus ocho caras. En conjunto la obra es aceptable con pinceladas sueltas y breves en el valle, una buena degradación hacia los fondos y mucha luz en los primeros planos; las sombras todavía algo negritas, con ausencia total de azules.