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01 marzo 2022

perdidos - 1973



 tierras de labranza de secano, probablemente cereal, abandonadas tiempo atrás y cubiertas por maleza seca. Pintado una tarde del estío caluroso de Aldeavieja, me sedujo el efecto que producían las sombras paralelas en fuga, muy tenues, recuerdo de los surcos que otrora lo llenaron.

La pintura al aire libre, sobre todo la acuarela, exige sobre todo sencillez y economía de pinceladas, lo cual es producto de una previa concentración y observación atenta del paisaje. En este caso la brillantez de las paja exigía una reserva máxima de los blancos del papel, tanto más cuanto más lejano pintáramos. El color y las formas quedaban para el primer plano. Así lo intenté y creó lo conseguí. Ya solo bastaba rematar en la distancia con el bosquecillo del Robledal y perfilar al fondo la sierra de Aldeavieja.



 suavemente 


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