tierra de cereales en la provincia de Palencia. Un trigal ya segado pero conservando las pajas altas, donde las codornices disponen todavía de grano en abundancia además de magnífico resguardo y protección contra el sol implacable del estío castellano.
Lástima no haber estado muy diestro a la hora de ejecutar éste bonito paisaje, en especial con los trigos, un tanto relamidos, faltos de fuerza y riqueza de detalles y apenas sin las sombras que por contraste le darían más brillantez; el arbolado creo está bastante mejor, en especial su perspectiva, que mejora la profundidad de campo de la escena.
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