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20 marzo 2022

invierno - 1982



 para los más allegados no hace falta decir de que pueblo se trata. Es Aldeavieja otra vez, aunque la escena, triste y fría, podría pertenecer a cualquier pueblo castellano cuando, trás una noche metida en nieves, va asomando perezosamente otro lugar blanco, radiante e inmaculado. Todos habréis sentido alguna vez esa sensación al asomaros a la ventana, ya amanecido el día, y ver otro mundo que destila paz y pureza, donde todos y cada uno de los objetos de siempre se encuentran ahora ataviados por la blancura de la nieve, sensación que nos transmite una chispa de ronovación interior y alegría.

En Aldeavieja antes las nevadas eran más frecuentes, al menos eso vienen diciendo los vecinos de más edad y supongo que la aquí representada sería poca cosa para ellos; efectivamente, todos las hemos visto de mayor calibre, pero yo me conformé con una nevada cumplida pués lo que pretendía al pintar esta escena era transmitir la sensación de soledad y quietud de la calle, en éste caso la calle donde vivíamos. La carretilla solitaria  y los pequelos árboles desnudos del fondo contribuyen a ello así como los colores fríos y opacos de las fachadas.

    

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