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01 marzo 2022

entrada al cañon - 1970


 ensayo para el aprendizaje de la ejecución práctica de paredes rocosas y su integración en el paisaje; condición de partida: escena bién soleada. 

Necesariamente debía enfrentar zonas iluminadas con otras de sombra. Las sombras definen la luz, casi siempre. Todos los pintores clásicos hasta la edad moderna han echado mano de las sombras para crear luz, empezando por Caravaggio y pasando por Ribera ó el Greco, éste de forma portentosa, hasta llegar al mismo Dalí, luminoso hasta el extremo a base de pequeñas insinuaciones de luz en los puntos precisos.

Aquí, en ésta de escena de montaña semidesértica, resolví la cuestión definiendo una zona bién sombreada, la inferior y otra, la superior, iluminada, en la cual la franja verde muy clara del arbolado es definitiva al establecerse como una banda de separación entre ambas, amén de que creo le da mucha más viveza al paisaje. La proporción luz/ sombra debe establecerla el artista previamente pués va a marcar el relieve, el contraste y la luminosidad.

Otro punto a tener en cuenta, cosa que he obviado en muchas ocasiones y el resultado ha sido desastroso, es que las zonas sombreadas nunca son totalmente oscuras, siempre dejan entreveer algo de claridad, de color ó de formas, incluyendo en éstas incluso los sombras densas arrojadas que nuestro ojo vé totalmente como el carbón; incluso éstas, a la postre, quedan mejor algo atenuadas.

(naturalmente no rige en ve la pintura moderna no figurativa, que se  ve oprimida por pocas normas y es lo que la convierte en algo excepcional)


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