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28 febrero 2022

san cristóbal (aldeavieja)-1968


Las personas ajenas al pueblo abulense de Aldeavieja no comprendereis que relación tiene esta obra con el Santo patrón de los conductores. Sin embargo cualquiera que haya frecuentado el lugar identificará al instante el paisaje y sabrá de que hablamos. En efecto, cual es el único elemento, digamos singular, a la vista ?. Pués es precisamente el objeto del cuadro: la ermita de San Cristobal que asoma en el lado derecho del lejano horizonte; como un pequeño altozano aislado, si, pero que para nosotros es harto familiar e inconfundible.

Ermita en ruinas desde tiempo inmemorial, pegada al pueblo y convertida hoy, una vez restaurada y al mismo tiempo desfigurada por sus nuevos dueños, en lugar de exposiciones y otras actividades. Mi primo Javier Jorge hace mención a ella en su blog "erase una vez una historia..." (28 noviembre 2020), por si quereis saber algún dato más sobre ella. Una gran exposición, éste blog, de toda la historia del pueblo de Aldeavieja con muchas anécdotas, efemérides, costumbres y datos, un trabajo de mérito muy interesante para los allegados a esa aldea castellana. En el Javier cita que la ermita en cuestión lleva en ruinas desde tiempo inmemorial. Puedo decir que yo en aquellos años de veraneo y acompañado de otros chicos, estuvimos muchas veces entre sus ruinas que aún conservaban una bien proporcionada semibóveda que cubriría el presbiterio y algunas arquerias sostenida por pilares.

El cuadro está hecho desde el Reñal y el panorama de lindazos, zarzales y sembrados  bajo el sol de tarde de un día luminoso fué mi principal motivo. También, efectos especiales, conseguí  dos hermosos rayos solares tenues y sutiles para mi satisfacción; no son difíciles pero ha de actuarse sobre el papel aún algo húmedo con precaución, ya que en esto de la acuarela se corren riesgos desagradables.    

  

la hora de comer - 1967


 Por el título ya sabreis de lo que se trata. Este al menos sabe que hoy le va a caer algo que llevarse a la boca. Muchos otros como él, todavía después llevar tantos años sobre nuestro planeta tratando de organizarnos, no tienen ni éste plato al día. 

Por ello traté de remarcar su extrema delgadez en ese brazo y esa cara angulosa y mustia. Los ojos lo dicen todo. Mi primer ser humano quiso ser éste recordatorio un tanto manoseado. Lo mas conseguido para mi gusto es la mirada del niño, un regalo de las musas, creerme, y el plato, un objeto, sorprendentemente, muy sencillo de pintar. 


encinas de ojos albos - 1967


 de nuevo unas encinas, casi un simple apunte, en un día de sol tibio. Los encinares que pertenecen al término de Ojos Albos, cercano a Aldeavieja constituyen un bellísimo bosque como los que se repiten en toda la meseta norte castellana, sin ser tan extensos, ni mucho menos, como el de Antequera de Valladolid  y otros similares. La encina, con su madera, excelente fuente de calor, y sus bellotas, base de la alimentación de los cerdos ó marranos, como eran llamados en muchos pueblos de la zona, es una especie arbórea indispensable en estos lugares y sus sombras, más densas que las que veis, son un amparo frente al tórrido sol veraniego

caserío asturiano - 1967


 Como complemento a la entrada anterior, presento aquí  otra forma de asentamiento, también rural, también "antiguo" pero ubicado en nuestra españa húmeda norteña, donde el tipo de vida y los quehaceres son algo diferentes. En efecto, si el castellano es eminentemente cerealista, los habitantes de éste caserío  deben disponer de terrenos de pastos lo más proximos posible a su vivienda y además cultivan en su mayoría frutales y otras especies arbóreas, nogales, castaños...lo que da lugar a una mayor diseminación de las parcelas y por lo tanto de sus viviendas, dando lugar al aspecto que veis en el cuadro, donde no falta la parroquia.

Como se observa, he prescindido del sol, he agrisado el paisaje con verdes fríos y acumulado nubes como fondo.

pueblo castellano - 1967


a diferencia de las capitales, no digamos de las grandes ciudades, donde la densidad de población y el excesivo precio del suelo urbano derivado en general de su escasez han ido progresivamente aumentando la altura de los edificios, los pueblos de la España rural de hace unos lustros e incluso todavía, no necesitan desarrollarse en altura y la tónica es la de agrupamientos planos, pegados al terreno y con ventanas y balcones mínimos para evitar en lo posible la pérdida de calor.

Hoy día necesariamente se van sustituyendo aquí y allá por viviendas más modernas, más cómodas y si se puede incorporando elementos a imitación de los vistos en la ciudad. En una palabra, el conjunto deja de ser homogéneo y pierde su encanto, a excepción de aquellos municipios que cuentan con ordenanzas que lo controlan.

Pues bién, este del cuadro quiere ser uno de esos hermosos pueblos, todavía intacto, como siempre fué. He procurado conservar su tono ocre y a pleno sol, sin introducier el azul en ninguna de las sombras; las chimeneas, elementos indispensables en el modo de vida rural, son definitivas para armonizar la obra.



el ganges - 1968


 lo más destacable de esta idílica escena es la atmósfera reposada y luminosa de la mañana en uno de los grandes ríos con que cuenta la India. Los tonos suaves de las montañas se reflejan sin escexo en sus tranquilas aguas contribuyendo a esa quietud que quise en todo momento conservar. Todos los colores son absorbidos por la barcaza donde la capa azulada del patrón complementa el resto de los colores. La sombra reflejada por la embarcación, una de mis primeras, es bastante aceptable.

figura desconocida - 1966


 He pecado siempre de paisajista. Dicho así parece una aseveración sin sentido, no?. Me explicaré: lo que quiero decir es que, con harto dolor de mi corazón, al final me he dado cuenta de que una enorme cantidad de mis obras son paisajes, y ésto ahora mismo me parece un poco retrógrado ó más bién pura cobardía. Me direis alguno que el paisaje ya en sí puede ser complicado y hasta difícil, pero, aún llegando a la perfección absoluta, no aporta nada a la evolución del arte, o mejor, a la propia evolución de un artista del siglo XXI. No hay nada peor  que a uno lo califiquen con un solo adjetivo artísticamente hablando; pienso que cualquier creador debe desarrollar cuantas técnicas le sean posibles y tratar de ser de lo más variado en sus temas.

Digo todo ésto a propósito de la persona que introduje en este cuadro, pués era la primera vez que lo hacía; y lo hice ya pensando justamente lo que he expuesto en el anterior párrafo. quería algo más que el simple paisaje. De ahí esa figura de aspecto oriental, arrebujada con sus ropas y mirándonos, con dos palomas blancas posadas tranquilamente junto a él, ó ella. Su presencia trata de ser intrigante y el paisaje en el que se sitúa desolado y ambiguo.

corralón en la fresneda - 1966


 ya os avisé en la entrada de un cuadro de éste mismo tema, fué reurrente en muchos otros que no presento en éste blog. Aquí el corralón está envuelto en una neblina tímida y húmeda en un día gris de primavera u otoño ya que los pastos están verdes, sin agostar. La profundidad de la escena, como veis, consiste en ir diluyendo, suavizando y azulando las formas a medida que nos alejamos. No quedó mal.

iglesia del pueblo (aldeavieja) - 1966


 Una vistal de postal de la torre de la iglesia de San Sebastián, parroquia de Aldeavieja, tal y como se veía desde una de las ventanas altas de la casa en la que nos alojábamos mi familia y yo durante el veraneo.

El cuadro no tiene nada de particular, es más bién soso y no presenta ningún detalle técnico que comentar, pero lo traigo aquí por ser una imagen inolvidable en mi memoria.

horcados rojos (picos de europa) - 1966


 impresionado por la majestuosidad  de sus inquietantes paredes verticales que en unas horas pasaban del blanco calizo al más deslumbrante bermellón, compuse esta obra en la que no olvidé incluir a mi propio hermano posando orgulloso a la puerta del pequeño refugio metálico que llaman Cabaña Verónica. Todo ésto, que muchos lo conocereis, esta en el corazón de los Picos de Europa centrales y es lugar muy concurrido por montañeros y alpinistas de todas partes.

La torre que vemos, Horcados Rojos, ofrece numerosas vías de ascensión, todas ellas difíciles y solo aptas para escaladores con pedigreé, pero la roca es franca en casi todos los recorridos, de ahí su belleza y estimación. Todo éste carácter serio y dificultoso al que se enfrenta el montañero en los Picos, agravado además por sus cambios repentinos del tiempo, me sedujo y, como no, hizo que comenzase a pintar lo que llamamos alta montaña, ésto es, aquella que nos encontramos muy arriba, por encima de los 1800 ó 2000 metros, con condiciones climáticas severas, ausencia total de vegetación y radiación solar extrema. Se convirtió así en un tema muy recurrente para mis pinceles.

Como veis en este cuadro he tratado de reflejar más o menos estas características, introduciendo la niebla, dorada por el poco sol que aparece a intervalos, y esmerándome en reproducir todas las irregularidades que presentan las paredes, que vistas desde la cima, tienen una verticalidad siniestra.


cabañas - 1966


 Un paisaje romántico como el que más. Romántico destilando soledad y sugieriendo algún lugar remoto y septentrional. El color del mar me direis debería de ser obligadamente gris oscuro según manda el aspecto del cielo, pero me he permitido una licencia irreal poniéndolo azul casi turquesa, nada menos, por el simple capricho de introducir algo alegre en la obra y creo que ésta lo agradece. De nuevo disfruté haciendo cielos borrascosos, siempre dejando esa pequeña franja más clara, más luminosa, en la línea del horizonte, indispensable en casi todos los paisajes marinos.

perdiz - 1966


 efectivamente yo salí cazador como mi padre y mi abuelo. Desde niño estuve metido de lleno en esa actividad que se genera en cualquier familia donde haya uno ó varios miembros tocados por esa afición, desde la recarga de munición hasta el trato directo y cuidado de armas y perros. De una familia de cinco hijos como éramos, solo a mi me dió la vena y a los dieciseis años, como marcaba la ley, saqué mi primera licencia. Mucho antes ya acompañaba a mi padre, las más de las veces en verano a las codornices. Después ya con mi propia escopeta conocí la dificultad de la caza de la perdiz en mano, tanto por las caminatas cuesta arriba como por la sagacidad y fortaleza de este ave, reina sin duda de la cinegética peninsular.

Al día de hoy, sin embargo, hace años que colgué el arma, estaría dudando si cazar o no cazar; sí, creo que me he pasado al bando de los "ecologistas", como decimos ahora y hasta me daría pena disparar sobre una pieza aunque llevara detrás de ella un día entero echando el bofe, cosas del cerebro como diría aquel.

la perdiz que veis, posiblemente, y que me perdonen algunos, una de mi sprimeras, la cual, ya metido en esto de la acuarela desde hacía años, no dudé en llevarla al papel, imitando a mi padre, acuarelista también y que había hecho lo mismo en varias ocasiones. Creo que conseguí sacar el bello colorido de sus plumas correctamente y desde hace muchos años ocupa un rincón en las paredes del salón de mi casa.


antiguo corral en la fresneda - 1966


 un corral y refugio de pastores, entonces ya semiderruido, hoy ya no existe, situado en el corazón de una finca ganadera de utilidad pública en el término de Villacastín lindante con el de Aldeavieja. Lugar con abundantes pastos y árboles, frenos en su mayoría, muy fresco y húmedo en los meses fríos y cálido y acogedor en el estío.  

En un principio desconocido para mí, fué una gran sorpresa mi primera visita, digamos que me sedujo desde el primer momento y el corral en ruinas me obsesionó. Tanto es así que lo pinté varias veces y creo que hoy día, si permaneciese como entonces, volvería a repetirlo. Su atmósfera amarillenta que lo envuelve podría estar relacionada con la visión de ensueño a la que me refiero y que debió permanecer en mi subsconciente por aquel tiempo. Los tonos amarillos en exceso matan la viveza del colorido pero aportan a las obras un clima de misterio e irrealidad. Pintores como Rembrandt lo han empleado en muchos de sus retratos siempre con éste resultado.

la proa de segovia - 1966


 vista general un tanto dramática pero hermosísima de la ciudad de Segovia; fuertemente contrastada y repleta de efectos excesivos su resultado no fué nunca el buscado inicialmente pero la obra fué derivando y a mitad de su ejecucción decidí firmemente llevarla por el camino que estais viendo : acentué y alargué las sombras, las ennegrecí, y convertí zonas detalladas por doquier en manchas surrealistas además de limitar los colores a unos pocos con lo que la sensación de irrealidad, que creo le conviene, se hizo más patente.

Este cuadro estuvo presidiendo el recibidor de nuestra casa paterna mucho tiempo y, al deshacerla hace algunos años le perdí de vista, de lo cual me alegro pues alguien de mi familia lo estará disfrutando. A quién sea le pediría que, por favor, me mande una buena foto, para sustituir la que veis que no es muy buena. Gracias de antemano.


segovia - 1965


 Fachada oeste de Segovia quizá desde el Pinarillo hace ya cincuenta y tantos años. La fila de árboles desnudos que se aprecian acompañan el paseo de Ronda, creo que se llamaba. La iglesia puede ser por su ubicuación la de San Miguel.

Un panorama de la ciudad muy conocido que llevé a cabo de forma algo caótica descuidando tal vez la geometría pero el fondo nuboso fué uno de mis primeros ensayos en ésta disciplina, cielos a la acuarela, que en general reporta muchas satisfaciones y que requiere limpieza, observación atenta, conservar la luz con el blanco del papel y !pocas pinceladas!. No quedó mal para ser de los primeros.


iglesia en segovia - 1965


 Puede tratarse de la iglesia de San Nicolás pero no estoy seguro, conozco algunas iglesias de Segovia que puedo nombrar por su invocación pero me quedan muchas otras más. Mi primo Gonzalo Perlado sí las conoce todas ellas y con detalle, no en vano es autor de un libro titulado "SG + 360" editado por Círculo Rojo en donde se refleja su recorrido exhaustivo durante muchos meses por casi todas las iglesias y parroquias de la provincia, un trabajo digno de mención complementado por dibujos a la acuarela de cada una de ellas.

No soy amigo de pintar grupos de edificios sin más, no por que los desdeñe sino por la gran cantidad de elementos arquitectónicos, ventanas, arcos, cubiertas ctr. que su buena ejecución conlleva. Pero la imagen de la torre eclesial sobresaliendo entre el caserío urbano me sedujo y me embarqué en ello .El resultado es correcto gracias a las luces que no están mal conseguidas y esa tonalidad verdosa que unifica toda la obra. La presencia de la sierra al fondo hace destacar más el conjunto y lo sitúa en sus proximidades, como ocurre con muchas de las imágenes conocidas de ésta capital castellana.

final del invierno - 1965


Ultimos días de invierno en un paraje idílico envuelto en una luz tibia que resalta los tonos verdosos de las primeras floraciones a pesar de ese cielo todavía frío y amenazante.

la casa del médico(aldeavieja) - 1965


 En plena lucha con los árboles y su complejidad. Cuando pintas un árbol no sabes por donde empezar, repleta la visión de hojas, que están ahí una a una, sombras, brillos, transparencias verdes, ramas, tallos .....Además el conjunto constituye un volumen, debe parecer un volumen. Estos que vemos son un poco planos y con solo dos tonos verdosos, uno claro y otro oscuro, esto es, le falta esa mezcla de colores que lo enriquecerían y lo harían mucho más real. Pero para empezar, pasable.

La casa con cubiertas a dos aguas que se aprecia al fondo a la izquierda es efectivamente la casa del médico titular y residente en el pueblo de Aldeavieja por aquellos años. Hoy en día por supuesto vive en la capital, Avila, a tan solo 23 kms. y en veinte minutos puede atender cualquier emergencia clínica que se presente en el pueblo. Pero su casa nos llamaba la atención por ser casi la única de nueva planta y moderna de construcción

encinas en calicanto(avila) - 1965


 Un camino entre tomillares y jaras con encinas al fondo hecho con pasteles. El poder actuar puntualmente con precisión y controlando la intensidad( presión) del color permite, empleando éste medio, hacer rectificaciones, olvidarse del tiempo (en contra de la tensión provocada por la propia volatibilidad de la acuarela) y añadir color o aclararlo a voluntad. Aquí intenté por todos los medios no definir de ningún modo los contornos limitándome a situar adecuadamente los elementos del paisaje como simples manchas semidefinidas. Creo que estan bien determinados el primer plano, el siguiente donde aparece parte del camino y las primeras encinas y el fondo con las más lejanas fundiéndose con el cielo.

27 febrero 2022

codornices - 1970


 

 

Una joya (solo para mí) perdida y recuperada; un cuadro que siempre recordaba y creía perdido pero que hace pocos años encontré por sorpresa no me acuerdo donde. Para cualquier cazador la escena será muy familiar, el perro ha seguido el rastro de la codorniz hasta hacerla volar, momento mágico y de máxima tensión para los tres protagonistas: can, ave y cazador; éste último es el que ve justamente este encuadre y se dispone a actuar. La obra es imaginada pero el trigal segado con sus haces amontonados lo pintaría en cualquier rincón de las tierras de Aldeavieja. Para los pocos recursos que tendría por aquel entonces está en general bién construido, iluminado y contrastado, con buén color en luces y sombras. ! debió llevarme mucho tiempo el hacer tamaña cantidad de pajas y espigas, y, aún cuando trabajaría oscuro (sombras) sobre claro (pajas) , me quedarían muchas líneas(pajas) que sonsacar a pincel de agua entre las sombras.

la calle ancha de aldeavieja - 1961


 Así estaban las calles de la mayoría de los pequeños pueblos de la Castilla rural en los años 60 del pasado siglo, muchas sin empedrar, la mayoría desniveladas y a merced de rodaduras, hielos y barros, pero claro, desde el punto de vista artístico tenían un gran encanto. Lo mismo ocurría con las cubiertas de tejas viejas y desgatadas de las viviendas, fuente de goteras en los días lluviosos, pero su color pardo-viejo acomodaba perfectamente el conjunto del pueblo al propio paisaje en el que se asentaba.

Aquí quise conseguir el brillo del sol sobre las tejas del lado izquierdo y, como veis, fracasé, como también en el propio color de éstas, Silla Jineta al fondo, ya hablamos de ella en una entrada anterior, y las laderas blanquecinas que la preceden, arreglan una vez más el conjunto, agregandole  profundidad y distancia.

el corral (aldeavieja) - 1964


 Un nuevo "atrevimiento", intentando trasladar al papel una escena rural muy común de nuestros pueblos castellanos: el corral posterior de muchas viviendas. Es un cuadro grande de dimensiones pero mal elaborado y por ello el resultado es algo tosco y lleno de intentos no conseguidos; se salva gracias a la perspectiva misma, recurso muy agradecido, que se focaliza en el edificio del fondo, bién contrastado en luces y sombras y que aporta algo de poesía y emoción. La ventana enrejada derecha, para olvidarla.

encinas y tomillos - 1964


 Vuelvo a mi interés por las encinas de esos años. Un cuadro algo más rico en colorido que otros anteriores, intentando dar más libertad a la fusión de tonos, especialmente, fijaros, en la zona inferior derecha. Empieza a ser ya algo suelto y espontáneo en la propia pincelada con pocos retazos, menos mal, de meticulosidades. Los tonos fusia suaves creo embellecen la estampa. 

26 febrero 2022

el reñal (aldeavieja) - 1963


 Llaman así a un lugar, bastante separado del pueblo, donde se asientan terrenos fértiles sembrados de cereal, con abundantes manantiales que le aportan un frescor aromático muy especial. Si fama tiene por sus generosas cosechas, también se le reconoce muy querencioso para la codorniz, que gusta de sus buenas condiciones para sla cría. Las mañanas de caza con mi padre son inolvidables, ese olor del tomillo fresco de primera hora y el agua de los manantiales en el calor del mediodía. Y tambien las víboras que en tres ocasiones mordieron a los perros, aunque nunca con fatales consecuencias.

Para mi gusto, quedó un pelín anaranjado, aunque está hecho ya al atardecer y como siempre in situ.

el pueblo desde cabezagonzalo - 1963


 Otra escapada con los trastos y un sombrero; ese año tocaba ésta hoja de más cerca del pueblo, me refiero a la zona de cereal qué, como en casi todos los sembrados de secano, alternaba cada año para descanso de la tierra. Según decían los vecinos, los trigos y cebadas de ésta parte solían ser siempre abundantes de grano y, también, de codornices.

Recuerdo bién el momento por las lajas de granito en que me senté y, sobre todo, por las perdices que me visitaron en varias ocasiones. Al final casi consigo meter en el cuadro la luz blanca-amarillenta brillantísima que me envolvía; me quedé algo corto pero no estuvo mal.

la plaza de aldeavieja - 1963


 Para aquellos que hayais pasado tiempo en el pequeño pueblo de Aldeavieja en la provincia de Avila, esta imagen os resultará muy familiar y, como a mi me pasa, inmediatamente la identificareis como grabada desde siempre en vuestros recuerdos. La plaza principal, con la casa del antiguo ayuntamiento en primer término y todas las demás que conforman su frontal. Mil veces la cruzaríamos en nuestrso veranos adolescentes, días de sol implacable, de olor a paja y humo de hogares de leña, de primeros bailes y primeros amores, y noches cuajadas de estrellas radiantes y murmullos campestres.

encinares de tabladillo - 1962


 Tabladillo es el nombre de una dehesa de gran extensión colindante con el término de Aldeavieja  que frecuentamos mucho en los días de nuestro veraneo estival. Hoy afortunadamente mantiene intacto todo su bellísimo paisaje de encinares y pastos, paisaje que desde el principió me cautivó. Lo pinté en muchas ocasiones, unas veces bién y otras muchas medianamente, y éste es un ejemplo, digamos que mitad y mitad, en el que busqué conseguir el precioso contraste entre las azuladas encinas centenarias y los brillantes ocres pajizos de los pastos. Quizá aquí comenzaba a percibir y aplicar el efecto benefactor de los tonos azulados de fondo para alcanzar profundidad y relieve en los paisajes.

calleja (aldeavieja) - 1962


 Recuerdo que éste cuadro tuvo en su día entre amigos y familiares una gran aceptación, quizá debido al hecho de tratarse de una representación de todo un símbolo, el carro, dentro del entorno agrícola de la España de mediados del pasado siglo. Reconozco que siendo una obra de las primeras, fué todo un alarde de valentía por mi parte el meterme en una de las callejas rurales del pueblo y abordar sin más una escena oscura, vegetal y llena de contrastes de luces y sombras. Traté de copiar lo que mis ojos veían sin contemplaciones y he aquí el resultado.

Los carros ya solo se ven en las exposiciones de aperos y en algún que otro chalet de propietarios mayores añorantes de un tipo de vida, que pasó, y que ocupó a una muy significativa cantidad de población en aquella España. Cuantas leguas recorrería este carro a lo largo de cada temporada de recolección lleno hasta arriba de haces de cereal y tirado por vacas o caballerías tan pacientes y esforzadas como sus propios amos. 

Vaya de homenaje a todos ellos en agradecimiento por habernos sustentado durante siglos.

silla jineta - 1961


 uno de mis primeros apuntes directamente en el campo con mochila y silla ó sin ella, en el mismo suelo ,bajo el sol de Castilla y respirando aire puro en un paisaje seco y estival. De rápida ejecución, como a casi todos los acuarelistas nos gusta, sin retoques y a lo que salga. El colorido se ha quedado algo corto pero era esencial tratar de captar el ambiente un tanto reseco de la estepa castellana.

El título alude a una de las estribaciones de la sierra de Aldeavieja que por su perfil recuerda una silla de montar. Hoy día los pinos de repoblación, ya bién crecidos, cubren toda sus laderas donde se pueden encontrar níscalos en abundancia.

bodegón mediocre - 1961


 Este es muy probablemente una de mis primeras acuarelas, por supuesto no lo primero que se me debió ocurrir al enfrertarme con un pincel y unas pastillas cualquiera, pero desde luego no habría llenado muchos papeles todavía cuando lo llevé a cabo. En mente tengo algunos, todos ellos primerizos, que han desaparecido hace muchísimo tiempo, y de cuando en cuando me aflora la imágen inexacta de aquel o aquel otro que pinté en tal o cual sitio. Bastan comentarios sobre su calidad ó su expresividad ya que carece totalmente de ambas, pero es ya un intento de buscar colores reales, reflejos e incluso texturas, y, claro, no es la obra de un niño, llena de creatividad, color y frescura, sino de un aprendiz algo torpe y con pretensiones. En fín, dejémoslo ahí. Si me quedo con algo es con la sombra arrojada del melón sobre la garrafa, lo demás, para olvidarlo.  

en la cima del marboré - 1969


 Descansando y haciéndonos las fotos de rigor tras subir al pico de Marboré en los Pirineos centrales. El fondo montañoso se expande en una sucesión contínua de cimas que creo salvan la algo deficiente ejecución del primer plano. Años de escapadas frecuentes a la montaña, mi otra gran pasión, casi siempre acompañado de mi hermano, montañero y alpinista de muy buén hacer. Partiendo del Refugio de Góriz al fondo del valle oscense de Ordesa recorrimos durante días gran parte de las cimas que lo circundan. Una época de ensueño!

 

24 febrero 2022

presentación


 

mi estampa de muchos años atrás, en plena veintena, me sirve de presentación al iniciar este archivo de muchas de mis obras, que, espero no cansaros, representan, eso sí, toda una vida dedicada al aprendizaje de esta difícil técnica, la acuarela, labor que me ha acarreado malos ratos pero por supuesto muchísimas alegrías y satisfacciones.

Sucesivamente, e intentando un cierto orden cronológico, irán apareciendo cuadros, empezando por los más antiguos, con lo que trato de que el visitante pueda apreciar y juzgar su lenta evolución. Algunas de las obras presentadas, pocas, emplean otras técnicas diferentes de la aguada, cosa habitual para la mayoría de los pintores.

Actualmente sigo en la tarea, como si no, y en ella sigo tropezando con retos y dificultades, pero esta es la salsa de esta vocación de la que estoy profundamente agradecido. Ojala me dure muchos años todavía. 

Si alguno estuviéseis interesado en adquirir alguna de éstas obras y siempre que se encuentre disponible, podeis comunicaros a través de la dirección de correo que figura en mi perfil. Estaré encantado de poderos complacer y estoy seguro que nos entenderemos bién.

Adelante y que disfruteis.