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02 agosto 2022

Pechón -2 - 1999


 vista del lado de poniente en un sofocante día de Julio con la playa totalmente descubierta en bajamar. Una pequeña figura al borde del mar marca la escala de la escena. La playa de Pechón ó de Amió, que es su verdadero nombre, fué otro de las grandes sorpresas en nuestras excursiones por el litotal cantábrico de esos años. A medida que subía la marea, las olas de ambos lados extrechaban el arenal hasta que finalmente ambas aguas con su olejaje concurrían para regocijo de todos nosotros...una playa la mar de divertida.

yates - 1999


 dos veleros de regata escorados a babor con buena mar. Una bellísima visión !

A tal efecto transcribo aquí unas líneas escritas por Joseph Conrad en su obra The mirror of the sea, traducida al castellano en 1981 por Javier Marías Franco :

......son aves del mar, que navegan como si volaran, y en ellas el deslizamiento sobre el agua más parece una función natural que la manipulación de un artificio de invención humana. El aparejo de velas aúricas, en su sencillez y en la belleza de sus formas cualquiera que sea el ángulo desde el que se mire, es, en mi opinión, inigualable........ríe uno de puro gozo al contemplar una de sus elegantes maniobras, exactamente igual que si se tratara de una bella muestra  del agudo ingenio y la graciosa precisión de una criatura viva. 

playa en Ajo(Cantabria) - 1999


 pastel que representa un rincón , todavía virgen en ese año de 1999,  de la famosa playa de Cuberris en Ajo (Cantabria). El buén hacer del pastel me ayudó a conseguir aceptablemente esa variedad de tonos verdosos que caracterizan el paisaje norteño que siempre piden el complemento de los tonos morado-violáceos aplicados con discreción.

el borde del pantano -1999


 lo podíamos también llamar trigales junto a los pantanos. Es una obra en la que quise establecer un fuerte contraste entre los trigales, todavía tiernos y verdes y deslumbrados por la luz, y el ambiente un tanto sombrío e inascesible del bosque pantanoso en el que una abertura deja penetrar algo de la claridad reflejada desde el fondo.

playa de Pechón - 1998


 una de las últimas playas del extremo occidental de Cantabria, ofrece una curiosa singularidad al estar bañada por el mar no frontalmente, como es habitual en la mayoría de éstas, sino por ambos lados, poniente y levante; realmente conforma un verdadero itsmo entre el acantilado y una pequeñísima isla rocosa y de poca elevación de nombre Sarnosa, de ahí el que tenga dos lados, esto es, dos playas. A la pleamar la playa desaparece cubierta por entero mientras las aguas rompen envolviendo con sus olas lo poco que queda de la isleta.

Es pués una playa para ser disfrutada solo en bajamar o dejándose acariciar por el suave oleaje de ambos lados en los primeros momentos de la subida. 

Pinté esta escena de la playa de levante en un día gris y ventoso, algo no infrecuente ni siquiera en verano en el Cantábrico. Las rocas tenían ese tono marrón negruzco empapadas del vapor y la sal que llegaba del oceano plomizo empujados por el viento del norte. La banda blanca de la espuma rompiente de las olas me permitió introducir en el cuadro un elemento esencial para liberarle de un primer plano excesivamente monótono.

el Teide - 1998


 de nuevo otro pastel y de nuevo el Teide de Tenerife, que posiblemente volverá a aparecer en este blog alguna vez más. Aquí, un día nublado, sin contrastes de luz, da lugar a una escena fría y algo triste, donde el magnífico volcán se yergue oscuro y tenebroso.

La pintura al pastel ofrece grandes ventajas en su ejecucción, al menos al compararlo con la acuarela. La principal, que también se puede aplicar al óleo, es su facilidad de superposición y acumulación a la hora de aplicar el color; siempre es posible modificarlos y ocultarlos, tapar o corregir, aún cuando su abuso  hace tornarlo (el color) invariablemente al gris o al negro. Además sus difuminados suelen ser suaves y delicados y se mezcla bién, dando lugar a una gran variedad de tonos.   

fresnos - 1998


 se trata de un pastel. Unos fresnos envueltos en neblina acojen las primeras luces de la mañana en la Fresneda de Aldeavieja.

cabaña - 1998


 soledad profunda enmedio del páramo monótono solo amenizado por una pequeña cabaña. La tormenta ha descargado y sus nubes oscuras se apelmazan contra el horizonte alejándose. La casa arroja su sombra y el techo inclinado brilla, empapado por la lluvia reciente, al recibir la luz de los primeros jirones de cielo que se van abriendo por la izquierda.

río Casaño - 1998


 algún día de los veranos de Comillas descubrimos un hermoso bosque de robles y castaños por el que discurre un pequeño río, el Casaño, afluente de Cares que tan pronto corre veloz en angostos pasajes de rocas y musgos como se aquieta remansándose en tranquilas pozas azules y cristalinas de chapuzón obligado. En ellas pasábamos el día entero y al anochecer volvíamos bosque adelante hasta alcanzar el pequeño pueblo de la Molina del concejo de Cabrales.

En éste cuadro podreis distinguir el grupo familiar entre los que me encuentro a la hora de la siesta junto a una de las pozas.Creo que el contraste entre las densas sombras y la calima de un tórrido día de verano esta aceptablemente conseguido. Para ello intenté difuminar suficientemente los objetos más lejanos y dejé correr el agua del pincel en los árboles del segundo plano de la derecha. Los canchales del fondo azulean como es debido.

Asturias - 1998


 la cordillera Cantábrica descuelga hacia el mar su últimas estribaciones que en algunos lugares se precipitan formando altos acantilados que, no obstante, acogen a sus pies playas, grandes ó reducidas y villas de pescadores en los que el pequeño puertecito, el muelle, es indispensable para su ardua actividad.


Nameless tower ( Karakorun) - 1998


 la zona nordeste de Pakistán, limitando con China, corresponde con lo más abrupto y elevado de la cordillera del Karakorun con alturas que sobrepasan con frecuencia los 6000 metros. Entre ellas, por su espectacularidad y belleza sobresalen las llamadas Torres del Trango, paraíso de la esclada granítica vertical, como ésta ,"sin nombre", que llevé al papel impresionado por la verticalidad de sus paredes, aquí resplandecientes de sol y nieve.

Cuarente y seis años han transcurrido desde su primera ascensión, llevada a cabo por Joe Brown y tres compañeros más, ¡además de los cámaras¡, durante el verano de 1976. Hoy sigue constituyendo un verdadero objeto de deseo para la élite del alpinismo mundial.

De la página Planet Mountain he extraído un vídeo relacionado con la primera escalada de una de sus vías más comprometidas, "Eternal Flame". Espero que os guste.

arrabales - 1998


 el cielo frío y plomizo de un día invernal se descuelga cubriendo el arrabal con una lluvia monótona y constante qu empapa y envejece  casas, barracones, animales y personas. Se trata de los flecos más recientes de la gran ciudad qué, aún sin conformar, faltos de todo, absorben sin tregua a los recién llegados ansiosos de una vida mejor, mientras va degradándose irreversible y caóticamente la campiña natural circundante.