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30 marzo 2022

montaña - 1987



 grandes masas nubosas color ópalo, rotas en jirones, empiezan a envolver lentamente toda una cordillera montañosa. mientras por contraste el cielo en la parte superior se torna prusia oscuro. Un primer plano a tono ayuda a la profundidad de toda la escena.

Si la práctica de la acuarela exige cierta delicadeza con el pincel, a la hora de emprenderla con un cielo nuboso, es del todo necesaria, y en general debe evitarse en lo posible que se nos seque del todo el papel; si una zona se seca es preferible volverla a humedecer enseguida con agua limpia y esperar su punto idóneo para actuar sobre ella sin que se produzcan cortaduras con el resto. Pienso que una vez estudiada la estrategia y, mejor, ligeramente esbozada a lápiz, lo ideal es terminar el cielo lo más rápidamente posible y con pocas pinceladas.


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