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11 junio 2022

collado - 1996


este cuadro ha constituído siempre pareja con el anterior, campamento, por su similitud de tema y ejecución. Por ello, lo dicho allí vale ahora, pero me gustaría añadir algo más sobre mi intención al llevarle a cabo.

lo que he querido resaltar aquí es, ni más ni menos, que el vacío que muchas veces se experimenta a medida que vamos ascendiendo en alta montaña. En este sentido, el cuadro nos muestra algo así como un pozo vertiginoso que se hunde en un mar de nubes, y, para enfatizar esta sensación, he añadido un ser humano, un montañero, que , por supuesto, esta penosamente subiendo del abismo. Los que hayais estado en lugares parecidos, lo estaréis sintiendo de ese modo, al menos esa fué mi intención.

Hoy en día, Campamento y Collado están separados, con dueños distintos, lo cual me produce, sin exagerar, un poquito de nostalgia y desazón. 


campamento - 1996


 frente a enormes y accidentados bloques de hielo de algún paraje del Himalaya, las mínimas y esnciales tiendas de alguna expedición, parecen cobijarse con timidez para pasar una noche incierta ante lo que pueda deparar la cambiante y errática metereología de altura. 

el aire saturado de humedad helada envuelve todo el panorama, no hay resquicio alguno para el color, siempre constante en su bello azulado gélido y gris. A pesar de todo la luz se hace visible en los bordes superiores de cada formación y dora ligeramente las masas de niebla en movimiento.

atardecer - 1996


 puede llamarse así, atardecer, por su iluminación, ya un tanto en declive, que proyecta esas sombras alargadas que traté de enfatizar. La obra no deja de ser un pequeño ejercicio sobre reflejos acuáticos, y por ello esa mansa corriente que acoje y nos enseña las copas invisibles de la arboleda, ocupa la mitad del papel. Toda la claridad de la parte superior iluminada se ve compensada por el azul celeste y las sombras pardas, lo que de alguna manera da una cierta unidad a la escena.

faro de Cabomayor - 1996


 donde desde siempre existiá una atalaya ó atalayón, como entonces se diría, desde el que se emitián señales de ayuda con simples banderas durante el día y se orientaba a los barcos mediante hogueras por la noche, se construyó a mediados del siglo XIX este bellísimo y esbelto faro, hoy día , el progreso, convertido en radiofaro y apto, supongo, para adoptar lo que éste mismo progreso cada vez más acelerado nos depare.

según leo, el 23 de febrero de 1982 fué alcanzado por un rato que destruyó la linterna e inmovilizó su mecanismo de rotación.

Indpendientemente de éstas consideraciones, el enclave que lo soporta y su entorno constituye uno de los lugares mas bellos de la capital, Santander, y es paseo obligado, ó, más bién, punto final de una presiosa marchita desde el comienzo de la bahía, bordeando todo el litoral con sus larguísimas playas, campos de golf y acantilados.

08 junio 2022

el diente del gigante-Alpes -1995


 aguja alpina muy afilada como veis, que situada a 4013 metros de altura en la divisoria que separa Francia de Italia, presenta una gran pared en su cara oeste, donde, según me han dicho porque desgraciadamente yo no he estado allí, existe una sucesión de gruesas cuerdas como apoyo; en fín, para los que entendais el lenguaje alpinístico su grado no pasa del III; eso sí, para bajar es absolutamente necesario hacer tres rappels seguidos que a la vista de la aguja deben ser maravillosamente aéreos. 

Os dejo una foto de esta pared donde se ven muy bién las cuerdas en cuestión

una cima legendaria que forzosamente tenía que estar en mi colección de papel, y que sin embargo ofrecí ya hace tiempo a un gran amigo alpinista, nadie mejor que él para disfrutarlo. Un saludo Pablo desde estas páginas.  

fresneda - 1995


 otro lugar perteneciente al término de Villacastín (Segovia), aunque para nosotros era Aldeavieja pura, del que ya hemos tenido constancia en éste blog anteriormente. La obra no es más que un rápido apunte del natural con fresnos, robles y las omnipresentes afloraciones graníticas de media provincia, y qué, pienso no han salido muy bién paradas, posiblemente por excesiva precipitación al pintar : hay que ser rápido pero atento con el ojo y dominar algo los nervios. 

bosque de Ucieda - 1995


 ya ha aparecido en alguna otra de mis obras anteriores este bello paraje de la montaña cantábrica y espero que aparezca alguna más, pués es lugar qué atesora, para cualquier aficionado como yo a dejarse cautivar por la naturaleza en estado puro, abundancia de reclamos que llevar forzosamente al papel.

Por lo normal suelo llevarme la caja de acuarelas, una botella con agua, cuanto más grande mejor, y uno ó dos pinceles, aunque afirmo sin ninguna duda que uno solo, bién ancho, debería bastar siempre, pués ayudaría a simplificar y ejecuutar con la mayor rapidéz la obra; bueno, me olvidaba del block. Con eso, al suelo, y a pintar.

Así hice algún día de verano aprovechando un rato durante la excursión familiar. La esencia del cuadro está en la franja central amarillenta que lo divide en dos partes iguales : terreno de primer plano y fondo boscoso azulado y difuso que establece lo que de recóndito tiene la escena.  

 

06 junio 2022

camino en Ruiloba - 1995


 también lo podríamos titular Ruiloba antes ó, si quereis mejor, ¿viva el progreso?. Seguro que ya sabeis a lo que me estoy refiriendo: lo que estais viendo en ésta tranquila y dulce acuarela ya no existe; en su lugar hoy veríais, justo desde ese punto exacto del borde del camino donde pasé hace años unas horas buscando el verde norteño, muchos chalets, mucho asfalto, muchos postes de luz eléctrica y, por lo tanto, más ruido, más calor, menos frescura, menos olores naturales, menos cantos de pájaros, menos árboles....menos.....
Un mundo natural que se va acabando hasta en nuestra hermoso Cantábrico, hasta en nuestra bella península.
Entonces no lo sabía, hoy sí, y por ello la obra sirve de recuerdo nostálgico de un mundo que se va a pasos agigantados. Los que leais esto, si teneis alguna posibilidad en algún momento de pararlo, aún mínimamente en cualquier pedazo de paisaje natural, por favor, hacerlo. No dejemos a los próximos habitantes de esta tierra un hogar para vivir hecho a base de metal y hormigón.

Ruiloba - 1995


 solamente en una ocasión la villa de Comillas fué sustituída por otra , muy próxima y cercana a su playa, en la larga sucesión de veranos que pasamos a orillas del Cantábrico : Ruiloba. 

Aquel año, sería por la fecha del cuadro, 1995, nos juntamos con la familia de mi hermano Enrique, nos llevamos las bicis, y descubrimos un pueblo encantador repleto de vegetación, flores y callejas recónditas en las que de forma inesperada siempre te topabas con algún vetusto edificio repleto de elementos del más puro estilo cántabro tradicional, galerías abiertas a la solana, balaustradas de madera labradas, aleros y cornisas exquisitamente conformados, muros de hastial de piedra dorada , soportales con arcos de medio punto y escudos de familia tallados en sus fachadas.

Esta vista que refleja el cuadro no es más que la que habitualmente veíamos desde nuestras ventanas y constituye tan solo un ensayo de acuarela rápida con papel húmedo constante, elaborado con colores armónicos en verde.


Nilo - 1995


 la nítida sombra de una palmera llena casi por completo la fachada de una construcción a orillas del río Nilo; la presencia de dos falucas contribuyen a equilibrar la composición y la vela de una de ellas, totalmente de perfil se corresponde con la verticalidad de la geometría del edificio y  del palmeral que sirve de fondo.

Este tipo de embarcación fué muy utilizada desde siempre en todo el Oriente Medio para el transporte de mercancías y personas, pueden llevar hasta 15 dependiendo de su tamaño, y su navegación era a vela. Hoy en día se sigue usando como tal y para fines turísticos; no hay nada más placentero que un paseo por el Nilo a bordo de una de ellas llevados silenciosamente por la brisa y por la mansa corriente.