ya os he hablado de este encantador lugar del término deVillacastín (Segovia), uno de los parajes con más encanto de los alrededores de Aldeavieja que durante muchos años fué nuestro lugar de expansión todos los fines de semana, hasta que los niños empezaron a hacerse mayores y prefirieron sus amigos de Madrid. Pero mientras duró, les ofrecimos la naturaleza virgen de un bosque fresco y tupido repleto de viejos fresnos y robles con praderas extensas donde conocieron el maravilloso ritmo de las estaciones y la forma en que éste iba revistiendo el paisaje de soberbios disfraces según iba discurrriendo.
El cuadro que veis quiere mostrar el primer estallido primaveral con agua abundante en los arroyos, hierba húmeda y jóven y, algo más arriba, los árboles, tras la larga espera invernal, demasiado larga en ésta zona, comenzando a adornarse con brotes rubios y tiernos.
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